La continuidad de la ruta ciclista es uno de los principios más importantes a considerar al momento de diseñar una ciclovía. El diseño debe permitir al ciclista no solo continuar por el mismo eje, sino que también poder conectar con el resto de la vialidad de manera coherente, segura e intuitiva, independientemente de que en las vías transversales exista ciclo-infraestructura o no.
Uno de los criterios de diseño para el tratamiento en las intersecciones, es brindar visibilidad mutua entre conductores de automóviles y ciclos, particularmente cuando se requiere realizar maniobras para salir o entrar de la ciclovía. Las zonas de espera especial para ciclistas son espacios dedicados y diseñados para realizar estas maniobras de forma predecible y brindan mayor visibilidad entre distintos usuarios de la vía
A continuación se presentan tres tipos de soluciones: los bicibox, que funcionan bien para aquellas ciclovías que van en línea con el acuerdo de circulación (unidireccionales por el costado derecho); las pistas de viraje, que se pueden utilizar cuando la tipología y/o el emplazamiento de la ciclovía generan movimientos más complejos en las intersecciones y que también muchas veces van a requerir tiempos semafóricos especiales; y zonas de acumulación, o islas de protección, las cuales se recomiendan siempre que se cuente con espacio suficiente y particularmente para ciclovías bidireccionales.