Las intersecciones protegidas son aquellas que separan las maniobras de los ciclos mediante la segregación física ante el tránsito motorizado. Extienden la segregación que brindan las ciclovías hasta la intersección misma, utilizando elementos físicos como islas, soleras y refugios de ciclos para crear espacios seguros de espera, maniobra y cambio de trayectoria.
Este tipo de intersección es ideal para entornos donde hay suficiente espacio disponible, ya que proporciona seguridad, visibilidad y prioridad para ciclistas, lo que brinda una mayor comodidad a diferentes tipos de personas, de diversas edades y habilidades. Al mismo tiempo, esta solución mejora la seguridad y comodidad de peatones.
El ejemplo de la figura 1 contempla una forma vial en la que hay faja de estacionamiento y bandejón central. La faja de estacionamiento se interrumpe antes de la intersección logrando la habilitación de refugios peatonales y ciclistas además de la habilitación de islas de protección que reducen el radio de giro de los automóviles y proveen refugio y zonas de acumulación a ciclistas, entre otros beneficios