Para lograr redes ciclo-inclusivas existen tres estrategias que se pueden implementar. Una alternativa es separar completamente a los ciclos del tránsito vehicular. Otra opción es segregar la vía para ciclos, entregando un espacio exclusivo en la calzada. Por último, es posible compartir el espacio en la calzada, siempre que se tomen medidas de calmado de tránsito. Decidir por una u otra dependerá principalmente de tres condicionantes: el espacio físico disponible, la velocidad máxima permitida y el volumen del tránsito de vehículos en la vía, las que a la vez dependen en gran medida de la categoría de la vía planificada en el Instrumento de Planificación Territorial correspondiente. Estas condicionantes pueden ser susceptibles al cambio, por lo que durante el proceso de diseño pueden ser modificadas para aplicar la estrategia más adecuada.
Para avanzar hacia redes ciclo-inclusivas que permitan conectar todos los orígenes y destinos de una ciudad, será necesario utilizar todas las estrategias previamente descritas. No es necesario, ni conveniente, que todas las calles tengan ciclovías segregadas, cuando en muchos casos será más costo-efectivo calmar el tránsito y compartir el espacio. Así mismo, aun cuando siempre será deseable tener un mayor número de rutas separadas, estas nunca tendrán la cobertura necesaria para llegar a todas partes. Así entonces, las rutas que las personas realicen tendrán muchas veces que utilizar vías separadas, segregadas e integradas para conectar origen y destino, lo que implica poner especial atención en cómo estas distintas vías se conectan entre sí.

La separación: Se trata de rutas independientes, alejadas del tránsito vehicular, generalmente de uso recreativo, deportivo o turístico. Suelen ubicarse en parques, bordes costeros, lacustres y ribereños. Aunque son muy deseables, al ser adecuadas para todas las personas, independiente de su género o edad, su ámbito de aplicación es limitado, por lo que constituyen una parte menor de la red.

Figura 1: Separación. Cicloruta Malalcahuello - Manzanar, Araucanía, Chile. Fotografía: Ricardo Hurtubia.

La segregación: Se trata de vías segregadas, física o visualmente, del tránsito vehicular, aun formando parte de la calzada. Son adecuadas cuando el flujo vehicular es medio-alto y la velocidad máxima permitida supera los 30 km/h. Suelen ubicarse en vías troncales, colectoras o de servicio, cuya función está orientada al flujo y el movimiento de personas a escala comunal, intercomunal o regional. La uniformidad del perfil es necesaria para cumplir su función.

Figura 2: Segregación. Ciclovía Unidireccional al costado derecho en vía de un sentido. Fotografía: Tomás Echiburú

La integración: Se trata de vías compartidas, donde el espacio para la circulación de ciclos y vehículos motorizados coexiste. Son adecuadas cuando el flujo vehicular es bajo y la velocidad máxima permitida no supera los 30 km/h. Por lo general se trata de vías locales, en contextos residenciales o comerciales, donde la función de la vía compatibiliza la permanencia en el espacio público con el movimiento de personas. En estos casos, el perfil de la vía no requiere ser homogéneo, permitiendo soluciones que habilitan distintos usos según el contexto.

Cuándo segregar

Cuando se trata de intervenir sobre la vialidad existente, es necesario preguntarse cuando segregar y cuando integrar. Si bien, a priori, se recomienda implementar ciclovías segregadas en la vialidad estructurante y compartir el espacio en calles locales, esa definición no es taxativa. Finalmente, la decisión de segregar o integrar está determinada por dos factores principales: el volumen de tránsito y la velocidad máxima permitida (CROW, 2011).

La figura 4 muestra la relación entre el volumen y velocidad, para recomendar medidas de adecuación vial en cada situación. En vías locales, donde circulan menos de 5000 vehículos al día y la velocidad máxima no supera los 30 km/h, se recomienda compartir el espacio. Si estas condiciones no se dan, es posible tomar medidas de calmado de tránsito para asegurar que se cumplan. Por encima de ese umbral, se recomienda segregar el espacio de circulación ciclista, aumentando el nivel de segregación a medida que el volumen de tránsito y la velocidad son mayores.

Figura 4: Diagrama para la definición de segregación o integración según volumen velocidad del tránsito de vehículos motorizados. Fuente: Elaboración propia adaptado de Manual de Criterios de Diseño de Infraestructura Ciclo-inclusiva y Guía de Circulación del Ciclista (p.53), por Municipalidad de Lima, 2017.

Referencias

  • CROW, (2011). Manual de diseño para el tráfico de bicicletas. CROW.

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