Las intersecciones no solo deben facilitar el cruce seguro de ciclistas y peatones, sino también integrar de manera efectiva los diferentes flujos de tránsito, minimizando los conflictos y mejorando la experiencia de las personas que transitan la vía. Existen diferentes estrategias para abordar el diseño de las intersecciones, que responden a contextos específicos y a potenciales conflictos que se deben resolver.
A continuación se definen 4 tipologías de intersecciones:
- Intersección protegida: En intersecciones con suficiente espacio disponible, se debe priorizar la implementación de intersecciones protegidas, utilizando infraestructura robusta como islas, refugios o bolardos, para segregar físicamente a las personas en ciclos del tránsito motorizado.
- Intersección demarcada: Si no hay espacio suficiente para hacer intersecciones protegidas, demarque. En casos donde el espacio es muy limitado, se puede recurrir a la demarcación exclusiva de vías y cruces ciclistas, asegurando la visibilidad y prioridad en la intersección, además de la instalación de zona especial de espera para facilitar los virajes a la izquierda.
- Intersecciones con vías locales: Las intersecciones de ciclovías con vías locales, o vías de tránsito calmado, requieren una intervención más sencilla y sus potenciales conflictos son menores. Igualmente, se pueden tomar medidas para minimizar el riesgo y maximizar la comodidad de ciclistas y peatones, a través de veredas continuas u otros dispositivos de tránsito calmado.
Cada tipología presenta herramientas de diseño particulares que responden a un contexto específico. Sin embargo, existen herramientas en común que deben tener todas las intersecciones, esta son:
- Cruce demarcado: Hace visible el cruce ciclista y acompaña la trayectoria principal de quienes atraviesan, definiendo un espacio de preferencia para ciclistas que continúan derecho por la misma vía.