Figura 1: Definición del trazado. Fuente: Elaboración propia.

Es la primera etapa del proceso de diseño de un anteproyecto. Tiene como insumo los instrumentos de planificación y las líneas de deseo, o trazados preliminares, que unen orígenes y destinos dentro de sus propuestas. Sobre estas líneas de deseo, o sugerencias de trazados sobre una determinada vialidad, se desarrollan alternativas de trazado para el anteproyecto.

Definir el trazado implica integrar estas líneas de deseo al contexto territorial. Para definir las alternativas de trazado se recomienda tener en cuenta:

    • La función que tendrá dentro de la red ciclo-inclusiva.
    • El potencial de atracción de viajes en bicicleta.
    • El grado de cumplimiento con los principios de diseño vial ciclo-inclusivo.

Para calibrar la definición del trazado se sugiere observar en terreno los trayectos y estrategias de las personas que actualmente transitan por los ejes candidatos.
Es importante revisar los usos de suelo, las prácticas sociales y condicionantes ambientales como la composición y volumen de vehículos motorizados, o la eventual operación de servicios de transporte público y su composición. Se plantean desafíos territoriales muy diferentes si la operación de transporte público está planificada, está compuesta por buses y paradas establecidas, o vías donde el transporte público se basa principalmente en taxis colectivos con paradas flexibles.

Principios de diseño aplicados a la selección del trazado

Conexo: el trazado debe ofrecer una conexión adecuada entre origen y destino, conectando con el resto de la red ciclovial, de la manera más consistente y fluida posible, sin vínculos rotos en la red.

Figura 2: Trazado conexo. Fuente: Elaboración propia.

Directo: debe ser capaz de conectar orígenes y destinos de la manera más directa posible, evitando desvíos, trayectos y paradas innecesarias. La distancia a recorrer debe ser lo más cercano posible a la distancia euclidiana entre origen y destino.

Figura 3: Trazado directo. Fuente: Elaboración propia.

Coherente: debe ser intuitivo y fácil de navegar. No debe presentar dificultades para interpretar la continuidad, evitando cambios de emplazamiento e inconsistencias que confunda a los usuarios respecto de su continuidad o maniobras de conexión en los nodos. Un trazado coherente no requiere instrucciones.

Figura 4: Trazado coherente. Fuente: Elaboración propia.

En la medida que el trazado cumpla con estos tres principios, a su vez será un trazado seguro, cómodo y atractivo para potenciales usuarios de la infraestructura ciclovial que se está diseñando.

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