El transporte público es un modo de transporte eficiente, sostenible y accesible para la mayoría de las personas. Además, quienes usan el transporte público son también peatones y debemos evitar que sus desplazamientos se vean afectados negativamente por la implementación de ciclo-infraestructura.
Por lo anterior, es importante establecer criterios y condiciones para la interacción del transporte público y la movilidad activa, asegurando la coexistencia armónica de ambas formas de movilidad en el espacio vial y evitando que, por favorecer a los ciclos, se generen perjuicios para peatones o para quienes utilicen el transporte público.
A continuación se presentan alternativas para abordar la interacción entre los ciclos y el transporte público en dos contextos: en vías con pistas sólo bus y las paradas de transporte público.

Vías prioritarias de Transporte Público

Cuando un proyecto de ciclo-infraestructura se emplaza en una vía con circulación de transporte público las pistas de circulación deben ser adecuadas para acoger ambos usos. La pista de transporte público no debe interferir con la ciclovía y viceversa. El ancho requerido para una operación adecuada de los buses es una constante. La cantidad de pistas necesarias dependerá de la frecuencia de los buses.

Anchos de las pistas: El ancho de la pista disponible para buses (sea prioritaria o no) debe ser de 3.5 m. En casos excepcionales –o singularidades– se puede llegar a un mínimo de 3.25 m. debidamente justificado. Esto aplica, principalmente, para el caso de RED en Santiago. En otras ciudades, se pueden proponer anchos menores en acuerdo con la División de Transporte Público Regional (DTPR) y la Secretaria Regional Ministerial de Transportes y Telecomunicaciones (SEREMI) Regional.

Número de pistas y frecuencia de buses: Cuando se consideran frecuencias mayores a 30 bus/hr se debe contar con al menos dos pistas operativas por sentido. Una pista de 3.5 m. adyacente a la solera en el costado derecho y una de 3.0 m. al costado izquierdo de esta, para facilitar el adelantamiento.

Figura 1: Ancho pista sólo bus. Fuente: Elaboración propia.

Parada de Transporte Público

Resolver las paradas de transporte público en interacción con las ciclovías es crítico y también representa una oportunidad para generar beneficios entre ambos modos. Por un lado, se pueden mejorar las condiciones de transferencia de pasajeros, y la accesibilidad al bus, al crear andenes elevados universalmente accesibles. Los ciclos, por su parte, se benefician al contar con soluciones que integren paraderos y ciclovías, lo que facilita la implementación de ciclovías al costado derecho y en el sentido del tránsito, eliminando una de las principales barreras para su instalación. Además, esto reduce la necesidad de implementar ciclovías al costado izquierdo de la vía, que a menudo se desconectan del acuerdo de circulación.

Para integrar las ciclovías con las paradas de buses hay dos alternativas: Idealmente, la ciclovía debe pasar por detrás de la parada; cuando no es posible, la ciclovía puede pasar entre la parada y la zona de subida y bajada.

El primer caso genera un paradero en isla donde la ciclovía pasa por detrás del refugio, reduciendo las fricciones al momento de subir y bajar del bus. La segunda solución, por su parte, se aplica en contextos donde no es posible implementar la alternativa ideal. En esta segunda alternativa la ciclovía pasa sobre una plataforma equivalente a un paso peatonal nivelado entre la zona subida/bajada y la zona de espera de la parada. Esta última solución, aumenta las fricciones al momento de subir y bajar del bus, ya que las personas ascienden o descienden en una plataforma angosta, para posteriormente, atravesar la ciclovía y llegar a la acera de la ruta accesible.

Ambas soluciones se recomiendan para ciclovías unidireccionales emplazadas al costado derecho. En el caso de ciclovías bidireccionales, los pasajeros que esperan el bus darán la espalda al contraflujo ciclista, lo que genera riesgos tanto para la espera como para el acceso y salida del bus. Además, es recomendable que cuando se implementen ciclovías bidireccionales se haga al costado izquierdo, lo que evitaría este posible conflicto.

Tanto la solución detrás de la parada como delante comparten las siguientes características esenciales:

  • Plataforma: Deberá existir una plataforma elevada, correctamente demarcada, en el trazado de la ciclovía, cuya rampa de acceso debe tener una pendiente no superior al 10% y ubicarse a 1,5 m., como mínimo, del encauce peatonal más próximo. En caso contrario, deberá coordinarse con el organismo que corresponda el traslado de la parada.
  • Ancho de la ciclovía: El ancho de la ciclovía debe reducirse a 1.2 m. para producir un angostamiento que reduzca la velocidad de circulación ciclista, para ambas soluciones.
  • Vereda disponible: Debe quedar una vereda disponible de al menos 1.2 m para asegurar la ruta accesible de peatones y personas con movilidad reducida y además debe quedar correctamente conectada con el andén.
  • Extensión del andén: Las dimensiones del andén deberán ser proporcionadas por el organismo competente a cargo del transporte público en cada ciudad y dependerán de la aglomeración de peatones y la cantidad de sitios de parada que se requieran según la frecuencia. En los casos de interferencia que solamente tengan la cabida mínima, se debe considerar el largo entre las primeras 2 puertas del bus para permitir la subida y bajada de las personas con movilidad reducida en la segunda puerta.

Ciclovía detrás de la parada

La parada se encuentra separada de la acera y, para acceder a ella, se debe atravesar el trazado de la ciclovía. En este caso, los ciclos tendrán preferencia de paso por sobre quienes hagan uso de la parada, a excepción del paso peatonal que conecta la parada con la ruta accesible.

Esta es la alternativa preferida por defecto, ya que este diseño evita los conflictos que puedan ocurrir entre ciclistas y peatones que suben o bajan de los buses. Se recomienda este tipo de solución para paradas con una alta carga de pasajeros y una alta frecuencia de buses.

El ciclista debe continuar su desplazamiento desviándose y pasando por detrás del refugio, disminuyendo su velocidad. Para esto algunas de las medidas que se sugieren son: a) disminuir el ancho de la ciclovía; b) demarcación y señalización que advierta el paso peatonal; c) el uso de quiebres para las transiciones en vez de curvas suaves; d) el uso de vallas peatonales, para encauzar el cruce peatonal y; e) elevar el paso peatonal para garantizar la accesibilidad universal, tal como se muestra en la figura 2.

Ciclovía detrás de la parada

Figura 2: Alternativa ciclovía detrás de la parada. Fuente: Elaboración propia.

Ciclovía delante de la parada

En esta solución, la parada se encuentra integrada a la acera y es atravesada por la ciclovía. Para comunicar el área de espera del andén con el área de subida y bajada, se proyecta una plataforma de calmado de tráfico con preferencia peatonal, que genera mayor seguridad a los usuarios con movilidad reducida.

Esta opción, además, debe considerar un espacio debidamente señalado (diferencia de pavimento o color) de seguridad de 1.1 m (mínimo) para el descenso de pasajeros sin interferir en la ciclovía, con el objetivo de evitar conflictos.

El ciclista debe continuar su desplazamiento pasando por delante del refugio, pero detrás del andén de transferencia disminuyendo su velocidad. Para esto algunas de las medidas que se sugieren son: a) disminuir el ancho de la ciclovía; b) demarcación y señalización que advierta el paso peatonal; c) el uso de quiebres para las transiciones en vez de curvas suaves; y; d) elevar el paso peatonal para garantizar la accesibilidad universal, tal como se muestra en la figura 3.

Figura 3: Alternativa ciclovía delante de la parada. Fuente: Elaboración propia.

Para poder definir correctamente las dimensiones del andén, para el caso de Santiago se propone la siguiente tabla:

Tabla 1: Dimensionamiento de andén - largo. Fuente: Elaboración propia en base a datos otorgados por el Directorio de Transporte Público Metropolitano.

En el caso de regiones para poder dimensionar, se recomienda hacerlo de acuerdo a:

  • Distancia entre puertas de los buses,
  • Cantidad de buses (N° de sitios) y espacio para maniobra
  • Ancho de andén en función al largo del punto anterior y a la aglomeración de pasajeros (densidad)

Sin perjuicio de lo anterior, se debe analizar cada caso en particular y se deberá validar la información con el ente encargado según corresponda.

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