Una red vial ciclo-inclusiva integra a los ciclos como un componente más del sistema de movilidad. Lograr que las personas en bicicleta, u otros ciclos, se muevan con comodidad y seguridad se puede lograr de múltiples maneras, atendiendo a las especificidades contextuales, y no sólo a través de la construcción de ciclovías segregadas. Para organizar un plan y sus respectivos proyectos, comprendemos la red en base a arcos y nodos. Esto permite articular de forma efectiva los distintos tramos de una ruta, haciendo que la experiencia de movilidad en la ciudad sea lo más continua e intuitiva posible, aun cuando vayamos pasando de esquemas más segregados a otros más integrados. Ahí la clave será trabajar adecuadamente los nodos que conectarán los distintos arcos.

El nodo

Un nodo corresponde a una intersección entre arcos y suelen ser los puntos de mayor complejidad en una red vial, al distribuir flujos provenientes de distintos arcos. El nivel de complejidad de estos nodos, está determinado por las características de los segmentos que unen.

El arco

Un arco corresponde a un enlace entre nodos. Cada arco tiene características específicas que responden a las complejidades de los nodos con los que se conecta. El arco entonces puede ser entendido como el tramo de vía entre intersecciones.

Nodos y arcos como proyecto

Planificar una red ciclo-inclusiva mediante nodos y arcos permite esquematizar, clasificar y codificar cada arco y nodo de forma simple, asociándolo a ejes o polígonos de calles. Un proyecto puede ser comprendido como un conjunto de arcos y nodos que conforman un eje o una zona (polígono) de calles en las cuales se llevarán a cabo intervenciones viales, cuyo objetivo es la ciclo-inclusión. Los arcos y los nodos deben estar resueltos de tal manera que la trayectoria de las personas dentro de la red sea fluida, intuitiva, cómoda y segura. En conjunto los proyectos constituyen un plan maestro.

Figura 1: Diagrama de relación entre nodos, arcos, proyecto y plan maestro y red vial. Fuente: Elaboración propia.

Cuando los proyectos son vistos linealmente, como un único arco, a menudo no se contempla cómo las personas van a ingresar y salir, para conectar desde y hacia otras secciones de la red. El diseño de la red debe enfocarse en resolver las complejidades de los nodos, asumiendo que el trayecto de cada persona es distinto y, por lo tanto, dando respuesta a las múltiples necesidades de conexión.
Los nodos de un proyecto A deben dejar resueltas las conexiones ya sea con la vialidad regular o con un futuro proyecto B. Se establecen formalmente en cada nodo, las conexiones y movimientos de las personas en ciclos con el resto de la vialidad ayudando a mantener la coherencia, comodidad y seguridad de la red.

Figura 2: Esquema de proyecto de 4 nodos que resuelven las conexiones con la vialidad. Fuente: Elaboración propia

La figura 3 presenta un esquema donde el proyecto es lineal y no resuelve las conexiones con la vialidad que lo atraviesa, por otro lado, en la figura 4 el proyecto se hace cargo de las conexiones resolviendo los nodos con la vialidad existente.

Figura 3: Esquema de proyecto con enfoque lineal y desconectado. Fuente: Elaboración propia.

Figura 4: Esquema de proyecto con enfoque de arcos y nodos.. Fuente: Elaboración propia.

Un proyecto pensado con sus arcos y respectivos nodos, resuelve en cada una de las conexiones con la vialidad que atraviesa, dando respuestas formales a cada una de las maniobras que las personas deberán hacer para integrarse o abandonar la vía, desde y hacia la vialidad existente, ciclovías o ciclocalles, según corresponda a cada nodo.

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