La segregación corresponde a la separación de espacios en la calzada, focalizada en los diferentes modos de transporte. La segregación de los ciclos entrega un espacio exclusivo y reservado en calzada para su circulación. Existen dos maneras de segregar, las que pueden trabajar en conjunto:
- Segregación visual: La opción más básica es establecer una distancia entre las pistas para vehículos motorizados y ciclos. Esto se conoce como buffer (en inglés) o como “espacio de separación”. Esta distancia, según las condiciones de contexto, puede materializarse sólo con demarcación pintada o tachas elevadas y puede reforzarse con elementos menores de segregación física como tachones o hitos verticales abatibles.
- Segregación física: Para mejorar las condiciones de comodidad y seguridad de quienes van en ciclos, a este espacio de separación se le pueden agregar elementos de segregación volumétricos, firmes y robustos, que tienen el potencial de inhibir el paso de automóviles hacia las ciclovías. La eficacia de estos dispositivos dependerá de la velocidad con la que un automóvil pretenda atravesar. La velocidad de circulación es determinante al momento de elegir el tipo de barrera física para reforzar la segregación.
No obstante se le llamará segregadores –o segregación física– a todos aquellos elementos destinados a reforzar la separación de pistas segregadas, que se proyectan desde el pavimento verticalmente hasta alturas de un máximo de 1m. La segregación visual corresponde sólo a demarcación con pintura.
La segregación física puede implementarse a través de elementos verticales individuales, o modulares, dispuestos en secuencia discontinua, utilizando por ejemplo: hitos abatibles, bolardos, o jardineras; o implementarse de manera continua constituyéndose como una separación física a modo de cordón, extendida en una distancia determinada. Dada la necesidad de adaptación de la ciclo-infraestructura a determinados contextos a través, estas alternativas podrán combinarse según sea requerido en distintos tramos de una misma ruta.
Desde la perspectiva operativa, es esencial que las ciclovías segregadas mantengan una separación clara con otros vehículos, pero al mismo tiempo garanticen visibilidad, tanto para las personas en bicicleta como para los vehículos motorizados, favoreciendo cruces seguros en intersecciones y evitando puntos ciegos.
La operación de una ciclovía segregada debe contemplar flexibilidad en el diseño para permitir la incorporación de diferentes tipos de bicicletas, incluyendo bicicletas de carga, eléctricas o scooters. El aumento en el uso de dispositivos más anchos o con distintos radios de giro requiere considerar estos ciclos en la segregación y sus aperturas, para permitir maniobras seguras.
La segregación vertical puede materializarse a través de los siguientes dispositivos: